La importancia que tiene la familia dentro de la sociedad es un tema que no se cuestiona, ni pasa desapercibido dentro de cualquier ámbito, y eso no deja atrás a nuestra iglesia, por ello la preocupación del Papa por incentivar, promover y resaltarla dentro de las formaciones, acompañamientos, realidades pastorales y entornos sociales.
Quizás no nos hemos dado cuenta que estamos por concluir el Año de la Familia “Amoris Laetitia”, esto como celebración del 5º aniversario de la publicación de dicha exhortación apostólica, cuya traducción es “La alegría del amor”, precisamente. Este año fue proclamado por el Santo Padre para dar inicio del 19 de marzo del año 2021 para concluir con el X Encuentro de las Familias, el 26 de junio de 2022.
Dicho acontecimiento se dio a conocer por medio de una conferencia en la cual se realizó la presentación de todo lo que acontecerá, esta tuvo lugar en la oficina de prensa de la Santa Sede, en Roma, el 30 de septiembre de 2021.
El lema para el encuentro es “EL amor Familiar: Vocación y camino de santidad” y se realizará del 22 al 26 de junio de este año. Una de las particularidades de este es que será Multicéntrico y virtual, es decir, que, aunque se esté desarrollando en Roma, se tendrán eventos paralelos en todas las diócesis del mundo, desde donde cada parroquia o movimiento familiar puede participar.
Desde que inició el año de la Familia, en 2021, las distintas pastorales han estado trabajando en la preparación de las familias para el encuentro mediante charlas formativas, talleres, retiros, etc. Ya en la recta final de la preparación se han enviado a las diócesis materiales para ayudar en este sentido, tales como 10 videos de recursos, 7 Catequesis a desarrollar, videos con testimonios, se preparó todo un kit con la información necesaria traducido en los diferentes idiomas donde se instruye paso a paso el desarrollo de este proceso formativo.
Uno de los participantes en la conferencia de presentación del Encuentro de las Familias fue El cardenal Kevin Farrell, Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida quien expresó estas alentadoras palabras:
“Un acontecimiento mundial, que permitirá a todas las familias participar en los encuentros diocesanos, las celebraciones y la santa misa, que cada obispo está invitado a organizar en su propia diócesis, en los mismos días en que el Papa reunirá en Roma sólo a los delegados de las conferencias episcopales, los movimientos y las asociaciones familiares”
“No podemos pensar en sostener la pastoral familiar si no involucramos en estos momentos importantes de encuentro eclesial a las familias, sobre todo, porque son el «terreno que irrigar», pero al mismo tiempo «la semilla que sembrar en el mundo» para hacerlo fecundo con testimonios reales y creíbles de la belleza del amor familiar”.
Otro de los participantes en la conferencia de presentación fue la profesora Gabriella Gambino, subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, quien explicó que el congreso pastoral de Roma se estructurará de la siguiente manera:
Miércoles 22 de junio, por la tarde: tendrá lugar el Festival con los testimonios de las familias, en presencia del Santo Padre.
Jueves 23, el viernes 24 y el sábado 25 por la mañana: el congreso pastoral, que incluirá celebraciones y adoración eucarística, conferencias pastorales y paneles para poner en diálogo experiencias pastorales de todo el mundo.
Sábado 25 por la tarde: se celebrará una misa en la Plaza de San Pedro que, además de incluir a los delegados invitados, será un acto abierto especialmente a las familias de la diócesis de Roma, que podrán reunirse en torno a su obispo, el Santo Padre".
Domingo 26: El Congreso concluirá con el rezo del Ángelus con el Santo Padre en la Plaza de San Pedro.
Cabe mencionar que en todos los continentes, se podrá seguir la semana de actividades vía streaming y en parte también por televisión, también se consideró celebrar la misa del congreso el sábado por la tarde "para que las familias de todo el mundo puedan celebrar con su obispo el domingo".
Algunos datos importantes:
Por primera vez, se realizará este evento en paralelo, en nivel local, por lo que se enviaron guías y sugerencias para organizarlo en cada diócesis del mundo.
Contará con la presencia de alrededor 2.000 delegados (entre ellos, también muchas familias) que se reunirán en el Aula Pablo VI “quienes serán invitados directamente por las Conferencias Episcopales y por los responsables de las asociaciones familiares y de los movimientos eclesiales internacionales”, el número de los delegados de cada conferencia episcopal será proporcional a la dimensión de la conferencia episcopal misma”.
Antecedentes
El Encuentro Mundial de las Familias es una iniciativa de san Juan Pablo II, que continuó Benedicto XVI, y luego el Papa Francisco. Comenzaron en Roma (1994), y prosiguieron en Río de Janeiro (1997), de nuevo Roma (2000), Manila (2003), Valencia (2006), México (2009), Milán (2012), Filadelfia (2015), Dublín (2018), y vuelven a Roma en junio de 2022, tras el aplazamiento este año debido a la pandemia, como ha señalado el Papa.
Logo
Recuerda la forma elíptica de la columnata de Bernini en la Plaza de San Pedro, lugar de identificación por excelencia de la Iglesia católica, y hace referencia a su significado original, que es el abrazo acogedor e inclusivo de la Madre Iglesia de Roma y su Obispo dirigido a todos los hombres y mujeres de todos los tiempos.
Las figuras humanas que se encuentran bajo la cúpula, apenas perceptibles, y la cruz en la parte superior: representan al marido, la mujer, los hijos, los abuelos y los nietos. Se trata de evocar la imagen de la Iglesia como “familia de familias” propuesta por Amoris Laetitia (AL 87) en la que “el amor vivido en las familias es una fuerza constante para la vida de la Iglesia” (AL 88).
La cruz de Cristo que se alza hacia el cielo y los muros que protegen parecen casi sostenidos por las familias, auténticas piedras vivas de la construcción eclesial. En el lado izquierdo, en la delgada línea de la columnata, se observa la presencia de una familia en la misma posición que las estatuas de los santos colocadas en las columnas de la plaza. Éstos nos recuerdan que la vocación a la santidad es una meta posible para todos en la vida ordinaria. La familia de la izquierda, que aparece detrás de la línea de la columnata, indica también a todas las familias no católicas, alejadas de la fe y ajenas a la Iglesia, que miran desde fuera el acontecimiento eclesial que está teniendo lugar. La comunidad eclesial siempre las ha mirado atentamente, subraya la explicación oficial.
Dinamismo de las figuras que se mueven hacia la derecha. Se mueven hacia el exterior. Son familias en salida, testigos de una Iglesia no autorreferencial. Van en busca de otras familias para intentar acercarse a ellas y compartir con ellas la experiencia de la misericordia de Dios, hace notar la nota vaticana.
Los colores predominantes, amarillo y rojo: son una clara referencia al blasón de la ciudad de Roma, en una línea gráfica que quiere expresar un intenso vínculo con la comunidad.
La Imagen Oficial
Fue pintada por el Padre Marko Ivan Rupnik – artista, teólogo y director del Centro Aletti.
El cuadro, en el que predominan los colores cálidos, tiene un formato de 80cmx80cm y fue realizado con pinturas vinílicas sobre tiza aplicadas sobre madera. El título de la obra es: “Este es un gran misterio”.
El fondo de la imagen es el episodio de las bodas de Caná de Galilea. A la izquierda, los esposos aparecen cubiertos por un velo.
El sirviente que sirve el vino tiene el rostro con los rasgos de San Pablo, según la antigua iconografía cristiana. Es él quien descorre el velo con su mano y, refiriéndose al matrimonio, exclama: “¡Este es un gran misterio; y yo digo que se refiere a Cristo y a la Iglesia!” (Ef 5,32).
La imagen revela así, cómo el amor sacramental entre el hombre y la mujer es un reflejo del amor indisoluble y la unidad entre Cristo y la Iglesia: Jesús derrama su sangre por ella.
«En Caná», explica el Padre Rupnik, «en la transformación del agua en vino se abren los horizontes del sacramento, es decir, del paso del vino a la sangre de Cristo». «Pablo está derramando, de hecho, la misma sangre que la Esposa recoge en el cáliz».
«Espero», subraya el Padre Rupnik, «que a través de esta pequeña imagen podamos entender que, para nosotros, los cristianos, la familia es la expresión del Sacramento» del matrimonio y «esto cambia totalmente su significado, porque un sacramento siempre implica transformación».
En el matrimonio cristiano, en efecto, el amor de los esposos se transforma, porque se hace partícipe del amor que Cristo tiene por la Iglesia. En este sentido, el matrimonio tiene una dimensión eclesial y es inseparable de la Iglesia.
Oración oficial
El Cardenal Angelo De Donatis, Vicario del Santo Padre, expresó lo siguiente respecto a la Oración:
“La oración estará en el corazón del camino de preparación, guiará los trabajos e inspirará las reflexiones para discernir, a la luz de la fe, los nuevos desafíos que la emergencia pandémica plantea a la comunidad eclesial en relación con las familias”,
Por ello, “invito a todos a prepararse para este acontecimiento de gracia que la Iglesia de Roma tiene la alegría de organizar, dirigiendo esta oración al Señor en la intimidad de la propia familia, junto con la comunidad parroquial y diocesana”.
Esta oración nace de un profundo agradecimiento al Padre Celestial por el gran don de la Familia, lugar privilegiado de relaciones amorosas. Se inspira en el tema elegido por el Papa Francisco para el Encuentro: “El amor familiar: vocación y camino de santidad”, está pensada como una herramienta pastoral: puede recitarse en las parroquias, en las comunidades, en casa.
La experiencia de la oración nos introduce en el sentido profundo y salvífico de las relaciones en la vida cotidiana. Los binomios familia y vocación, junto con familia y santidad, muestran cómo las relaciones familiares tienen una importancia básica en la generación del amor. En una época caracterizada por las pruebas y las dificultades, en la que la familia vive y afronta retos y dificultades, hablar de santidad familiar podría parecer anacrónico o inapropiado. De ahí la importancia de la oración para vivir plenamente el sacramento del matrimonio. La relación con Dios, en efecto, permite a los esposos cristianos revivir cada día la Gracia recibida que los sostiene en sus fatigas y luchas cotidianas. Nuestra vida puede ser siempre un camino de santidad personal, de pareja o de familia, un camino para crecer en el amor a los demás.
El Santo Padre invita a todos lo fieles a redescubrir la familia como un don, a pesar de todos los problemas, obstáculos y desafíos que hoy debe afrontar.
El consejo del Papa Francisco es no leerla nunca de forma apresurada, sino “profundizando con paciencia” o buscando los temas que más interesan.
En nuestro país la pastoral Familar, vida e infancia, dirigida por Monseñor Silvio Fonseca, ha promovido la preparación para este encuentro y mantiene activa la labor de la pastoral en los ámbitos parroquiales, se encuentran también en la recta final con las catequesis preparatorias.
Terminamos esta nota recordando un lema que acompaña muchos encuentros de grupos que tienen que ver con realidades familiares, incluido también como lema para algunos movimientos: “Familia que reza unida, permanece unida”
Unámonos pues en oración para que los objetivos del X Encuentro de las Familias puedan ser alcanzados y se pueda repetir esta experiencia los próximos años.
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